Como saben, soy chileno y vivo en México desde 2001. Desde que vine a vivir acá, habíamos ido sólo 1 vez a Chile en 2003, lo que ha sido sin dudas el viaje más estresante y lleno de “detallitos”, los que ya describí antes (leer aquí)… pero hubo un segundo viaje, seis años después que si bien no estuvo tan cargado de situaciones “incómodas”, no se podía quedar atrás y nos hizo pasar varios apuros y vergüenza, las que te paso a describir a continuación.
Bonita.
En 2009 con mi esposa habíamos tomado la decisión de irnos a Chile a vivir en forma indefinida. Obviamente esto implica que nuestra perrita, la Bonita, una hermosa French Poodle que estaba con nosotros incluso antes que Danna legara a nuestras vidas y se había convertido en una hija más para nosotros. Por tal motivo a Bonita tuvimos que tramitarle todo el tema de transportar un animal a otro país, ya sean documentos, vacunas, permisos, etc.
En el aeropuerto fue bastante feo, ya que primero fue un vuelo de 1 hora y luego el vuelo internacional de unas 8 a 9 horas, lo que nos hizo realmente sufrir por la perrita, a pesar que se supone que ellos van algo sedados con una pastilla que yo mismo le di… De todas maneras, cuando la dejamos en ambos mostradores (la documentamos), ella ladraba mucho, estaba asustada, lo que fue muy estresante para nosotros, la verdad sufrimos con ella.
Exceso de equipaje.
Al irnos “a vivir” era obvio que las maletas fueran demasiado llenas, más aún porque viajábamos con una niña, en ese momento Danna tenía apenas 7 años y se imaginarán cómo estaban esas maletas con su ropa. Quizá en un viaje de vacaciones no llevemos todo, pero cuando se trata de un viaje “definitivo”, es lógico que iremos completos, incluso yo llevaba dentro de las maletas mi computadora desarmada (disco duros, tarjetas, memorias, etc.) para luego armarla en Chile.
Los vuelos eran independientes, es decir, de México a Santiago en Aeroméxico lo compramos primero, y mucho después compramos el vuelo de Villahermosa a México en Aviacsa, por lo tanto, no eran combinados, eran independiente. Por tal motivo, cuando llegamos a los mostradores de Aviacsa en Villahermosa, para un vuelo local que es corto, cuando nos pesaron las maletas nos dicen que llevábamos un importante sobrepeso, por lo que teníamos que pagar una suma bastante fuerte de dinero; si mal no recuerdo eran unos 4 mil pesos sólo por el sobrepeso. La verdad yo no lo podía creer, casi me da un “patatús” en ese momento, porque hacía tiempo que mi presupuesto no era para nada bueno.
Recuerdo que mi cuñado César se ofreció a acompañarnos a México, para que una parte del equipaje fuera a su nombre y así evitar ese pago extra. Al final no se pudo y tuvimos que pagar una suma no tan grande gracias a la gestión de César, pero de todas formas para mi era mucho dinero, creo que pagué entre 1500 y 2000 pesos mexicanos, para mi eso era una fortuna.
Cd. de México, más inconvenientes, sobrepeso, vergüenza.
A la Cd de México llegamos obviamente a la Terminal 1, pero el siguiente vuelo era por Aeroméxico que está en la terminal 2, por lo que tuvimos que trasladarnos a la otra terminal. Lo hicimos en una van, de esas que están en la puerta de la terminal aérea; pero no fue fácil, ya que por cada uno llevábamos una maleta grande y pesada, pero Danna no podía cargar (tenía 7 añitos), sumado a esto íbamos con Bonita en su transportadora, o sea, muy cargados, y considerando que Lisset tenía que ir más pendiente de Danna fue bastante complicado; la verdad no recuerdo bien cómo llegamos a la terminal 2.
En esta terminal, la cual yo no conocía en absoluto logramos llegar a las ventanillas de Aeroméxico, pero a pesar de ser un vuelo internacional, un avión más grande (era un Boeing 767) y te permitían subir más equipaje, de todas formas íbamos con sobrepeso, pero era mucho menos… creo que estábamos 2 o 3 kilos sobre lo permitido, por lo tanto tuvimos que abrir la maleta y sacar algunas cosas para meterlas al equipaje de mano, lo cual fue extremadamente bochornoso para nosotros, ya que había más gente en la fila… realmente vergonzoso. Al mismo tiempo la Bonita ladraba desesperada porque acabábamos de dejarla en el mostrador y se la llevaban hacia dentro.
Ya camino al avión.. más problemas.
Una vez documentado el equipaje y la Bonita, después de todo esa vergüenza de abrir la maleta y que las cosas se nos cayeran al piso, ya por fin nos dirigíamos a la puerta para abordar el avión, pero siguieron los problemas, pues resulta que en el último “filtro” detuvieron a Lisset ya que en su bolsa de mano llevaba esas tijeritas con que las mujeres se hacen el manicure, lo que no estaba permitido. Nos decían que eso debía ir en el equipaje documentado; el problema es que esas maletas ya las habíamos entregado hace rato, así que no habían opciones.
Al final, después de unas llamadas y de unos minutos eternos, quedamos en que las dejaríamos allí y que una amiga de mi suegra iría a buscar ese estuche con material de estética para posteriormente enviarlas a Villahermosa.
Como el avión estaba casi apunto de salir, le dije a Lisset que se fuera caminando con Danna a la sala de abordar mientras yo me quedaba en ese punto para dar bien la dirección y el nombre de la persona a la que le entregarían el paquete.
Cuando terminé de dar los datos, me volteo para seguir a Lisset y no estaba en ninguna parte, yo no sabía en qué puerta estaba el avión ya que los papeles creo que los llevaba Lisset y se suponía que yo iría tras de ella. El aeropuerto en ese momento lo vi enorme y yo sin saber hacia donde caminar… RAYOS!!! qué hago!!!???… me paré frente a una de las pantallas para tratar de encontrar mi vuelo, pero con los nervios y las prisas les juro que no vi nada, sólo vi números y letras sueltas… estaba realmente desesperado, hasta que por allá, lejos, en la última puerta veo a Lisset que se asomaba de una puerta y me hacía señas y me estaba gritando (con el ruido del lugar no la escuchaba, pero afortunadamente la vi)… así que corrí hacia donde estaba, y bueno, sólo me estaban esperando a mi para cerrar el vuelo, cerrar puertas y despegar. 100% estresante.