El 2001 fue quizás el año más importante de mi vida, ya que es cuando me cambio de casa y de país… fue algo que pensé un tiempo y decidí realizar.
La noche anterior al viaje, mi casa se llenó de amigos y familiares que iban a despedirse: Cristina, Leslie, Andrea, Oscar, César, etc…
Ya muy de noche, cuando todos se habían ido, pude terminar de hacer mi maleta que aún no podía terminar, así que ya muy tarde logré cerrarla y dejarla “lista” para el otro día en la mañana que saldríamos a Santiago. El único que se quedó a dormir en mi casa fue mi amigo Juan Yáñez, el cual me acompañaría al aeropuerto el día siguiente. Nos acostamos yo creo como a las 2:30 de la madrugada y aunque teníamos mucho sueño nos pusimos a conversar un rato. Cuando nos dispusimos a dormir un rato (ya que al otro día nos levantaríamos temprano), sonó mi celular y era mi otro amigo Carlos, el cual había llegado a mi casa a despedirse, así que en vez de dormir, nos pusimos a hablar los 3 amigos y a recordar muchas experiencias dentro y fuera de la escuela.
No recuerdo a qué hora se fué Carlos a su casa, pero fue super tarde, yo creo que como a las 4:30, y teníamos que levantar a las 6 para irnos a Santiago, así que dormimos muy poco, yo creo que dormimos menos de 1 hora…
Al amanecer, el día 25 de febrero de 2001 muy temprano nos fuimos al terminal, y luego a Santiago, viaje en el cual no podía controlar mis lágrimas por todo lo que estaba haciendo: dejar mi ciudad, mi país para irme a empezar una nueva vida en México.
A Santiago fueron mis papás, mi hermano Rodrigo, mi amigo Juan Yáñez, mi primo César y su polola (novia) Sandra…
Al aeropuerto llegamos como a las 13 hrs., aquí almorzamos y como buenos provincianos recorrimos la terminal aérea completita viendo los despegues de los otros vuelos.
Justo a las 17 hrs. me tocó embarcar. La despedida de mis padres y hermano fue algo que jamás olvidaré en mi vida, un llanto incontrolado, un dolor en el corazón que pocas veces he sentido, pero era algo que yo había elegido y tenía que soportar como hombre… mis padres estaban muy tristes ya que soy el hijo menor y el primero que se le ocurre la idea de irse a vivir a otro país, era algo que jamás imaginamos hacía un año atrás…
Sacando fuerzas de flaqueza, pasé por la Interpol y esperé en la sala de embarque… me tocó abordar al otro extremo del aeropuerto, en la puerta 14.
Faltando unos 10 minutos para el despegue, como a las 17:50 nos llamaron a subirnos al avión, que era un Lloyd Aero Boliviano, y bueno, mientras caminaba por la manga en dirección a la nave, por mi mente se cruzaron una cantidad impresionante de sentimientos, de recuerdos, algo inexplicable, fue como si mis 23 años de vida en Chile se me hicieran presente en mi mente en estos pocos metros que caminaba… mi niñez, mi escuela, mis amigos, mi familia, y todo lo que viví en Chile… realmente inexplicable lo que sentí en esos momentos.
Un poco antes de ingresar al avión, recuerdo que dije “Chile, quiero decirte HASTA LUEGO, volveré a verte pero con Lisset” (lo recuerdo a la perfección porque lo tengo grabado en video… je je)…
El avión comenzó a moverse justo a las 18:00 hrs. y bueno, el vuelo fue una mezcla de tristeza, de recuerdos, lágrimas, pero por otro lado de felicidad porque estaba dando un paso muy importante en mi vida… aparte que viajar me encanta.
En Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Después de casi 3 horas de viaje llegué a Santa Cruz, en donde estuve unas 2 horas esperando mi vuelo a México. En este aeropuerto fue poco lo que hice, ya que es bastante pequeño, al menos el sector donde podía caminar era chico, recuerdo que compré una tarjeta para teléfono público y hablé al celular de mi hermano, que junto a mis papás seguían en Santiago (se irían en la noche Talca).
Yo pensaba que el siguiente vuelo sería directo a la capital mexicana, pero cuando pusieron el letrerito pude ver que decía “Vuelo 910 : Puerta 6 : Panamá, México” lo que significaba que pasaríamos al aeropuerto de Panamá.
El viaje de Santa Cruz a Panamá duró creo que 4 horas y medias, y en la capital panameña estuvimos nada más 15 mintutos, de hecho, ni siquiera bajamos el equipaje de mano, así que como era de madrugada el aeropuerto estaba casi vacío, todo cerrado, lo único que hice fue lo mismo que el resto de los pasajeros, estirar las piernas y caminar un poco por este aeropuerto… recuerdo que la vez anterior que pasé por esta terminal, no me moví de la sala de espera, pero ahora, ya entré a la parte grande del lugar y pude conocer un poco más…
El siguiente vuelo, el último del día duró poco más de 3 horas, y la llegada a la capital mexicana fue a las 4:30 hrs AM hora local… en el aeropuerto estaba esperando Lisset, con la cual nos dimos un lindo abrazo y fue justo el comienzo de una nueva vida, en otro país, con otras personas y junto a ella.
Durante el día en Ciudad de México recorrimos bastante: primero fuimos en metro hasta el Zócalo capitalino, pero no tomamos fotos, ya que aún estaba un poco oscuro ya que eran menos de las 7 de la mañana… así que nos fuimos caminando hacia el paseo de la Reforma, pasando por el Palacio de Bellas Artes y finalmente llegamos hasta el Ángel de la Independencia, el monumento más característico de la ciudad.
Luego tomamos una micro (quizás el peor servicio del mundo entero) y nos bajamos en la Basícila de la Vírgen de Guadalupe… era primera vez que visitaba este lugar, en donde hizo sus apariciones la Madre de Dios en el año 1531.
La Basílica está en el norte de la ciudad… luego de ahí, tomamos el metro que nos llevó hasta la estación más al sur de México DF., no recuerdo cuánto tardó, pero en esta estación (Tasqueña) transbordamos al tren ligero, el cual nos llevaría más al sur aún hasta el Estadio Azteca, pero esta vez solamente estuvimos fuera del gran estadio…
Después del Estadio Azteca, nos subimos otra vez al tren ligero y nos fuimos al extremo sur del recorrido, hasta Xochimilco que es un lugar muy folklorico de la ciudad.
Luego, de regreso al centro de esta ciudad capital, primero en el tren y luego en el metro, nos fuimos al Zócalo y la Catedral, que ahora si estaban bien iluminados por el sol y aprovechamos de tomarnos fotos.
El Zócalo es justo el centro de la ciudad, está el palacio Nacional, la Catedral y una inmensa bandera en el centro de la plaza, la verdad, este lugar es quizás el más obligado conocer para los turistas.
A unas 2 o 3 cuadras del Zocalo está la Torre Latinoamericana, el edificio más alto de la ciudad (o por lo menos uno de los 2 más altos) y como existe la posibilidad de subir hasta el mirador del último piso, subimos y la verdad es algo maravilloso, la vista es espectacular. Este ha sido el edificio más alto en el cual he estado.
Luego de la Latinoamericana nos fuimos a caminar un poco más y luego a la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (T.A.P.O) para irnos a Villahermosa. Salimos a las 21 hrs de la capital y llegamos alrededor de las 7 de la mañana, o sea, un viaje de 10 horas.