Soy del 77, en 2001 me vine a México a vivir. Al momento de escribir esto (agosto 2020), viví en Chile 23 años, y en México llevo 19.
Lamentablemente para el pueblo mexicano, y también para mi porque aquí vivo, el país es sumamente inseguro, existe mucha delincuencia, quizá sea porque es un país muy grande, o bien porque aquí en México existe una cultura muy corrupta, aquí la corrupción está a tal nivel que yo la veo arraigada en la misma cultura del mexicano, todo se hace mediante sobornos, nadie cumple con las reglas porque las personas lo consideran una pérdida de tiempo y prefieren pagar un poco más y “evitarse la fatiga” se cumplir ciertas normas, como es el claro ejemplo de las licencias de conducir; me atrevo a decir que más del 80% de las personas que conducen un vehículo por las calles de este gran país, obtuvieron su licencia manejando algún tipo de corrupción, es decir, “se saltó” el curso de educación vial, y otros pasos… sólo fueron, pagaron y obtuvieron su licencia… Y así con un sinnúmero de trámites
Esta misma cultura, ha hecho que el político mexicano llegue al poder sólo para robar, si, lo digo firmemente PARA ROBAR. Ya dediqué otro post a las cantidades sobre humanas de dinero que han robado algunos personajes de la política mexicana, dinero que podrían tener a México como potencia mundial, o bien, como Dubai que en vez de robarlo, lo invirtieron en infraestructura y convirtieron ese feo desierto en un destino turístico que todos queremos conocer… pero acá en México no, todo, todo ese dinero, miles de millones de dólares han sido robados por esta gente, dejándole al pueblo prácticamente las migajas de todo el recurso… y qué consecuencia tiene todo esto? fácil, menos trabajos, manos sueldos y un claro aumento en la delincuencia.
Creo que me salí un poco del tema, pero creo apropiado contextualizar lo que quiero contar en esta publicación.
En Chile, en mis 23 años jamás fui víctima de algún atraco, asalto o robo… era muy raro que algún conocido tuviera algo que ver con algo así… Ej. mi papá una vez en el centro de Talca le robaron su cartera donde llevaba su dinero, pero fue un hurto, sin absolutamente nada de violencia, o bien un compañero de trabajo que una vez nos contó que le robaron su celular en el transporte público, pero igual, sin darse cuenta. En realidad, en Chile lo que más existía, al menos en mi círculo de conocidos, eran hurtos… te roban la cartera sin darte cuenta… o te roban los adornos que pones en la puerta de tu casa, etc.. esas cosas.
Situación 1.
Más o menos en el año 2009, me encontraba trabajando en una tienda de Laptops (notebooks). Este local tenía una tienda para ventas y al fondo teníamos un taller de reparación de equipos de cómputo. Aquella vez, nos hicieron un pedido de 11 laptops. El pedido lo hicieron vía telefónica días antes, supuestamente de una escuela. Mi jefe, el gerente de la tienda, cegado por la tremenda venta que haría, no indagó más y fue a pedir estos 11 equipos para el momento que el cliente fuera a buscarlos, el gran error fue no pedirles anticipo o el pago de la totalidad de las mismas. Cuando ya teníamos los equipos en el local, avisamos al cliente, pero casualmente ese día, el al día siguiente, no recuerdo con exactitud, estábamos en la tienda 4 personas: mi jefe Mario, en atención a público estaba César y Concepción, y atrás en el taller estaba yo.
De repente veo que entra una persona hasta donde estaba yo, llevaba una pistola con la mano… de inmediato supe que nos asaltarían… levanté mis manos y me paré de mi lugar y me hicieron hincarme en un rincón mirando a la pared con las manos atrás, las cuales me amarraron con un zincho de plástico. Detrás de mi me siento que lo mismo hicieron con Mario, César y Concepción… todo con un lenguaje muy duro, muy autoritario, con un nivel de seguridad y firmeza que ni cuando hice el servicio militar allá en Chile escuché… al mismo tiempo escuchábamos cómo revolvían nuestras cosas, se metían a un cuarto dónde teníamos los equipos en reparación y las nuevas… al privado de Mario, etc. Fue la verdad una experiencia demasiado fuerte, porque mis 3 compañeros y yo de rodillas, mirando a la pared, manos amarradas y tras nosotros al menos 2 personas con pistolas en mano, la verdad pensé que nos mataban en ese momento, pensé en mis papás, en mi esposa, mis hijas, mis hermanos… mi jefe comenzó a rezar el Padre Nuestro, a lo que le seguí inmediatamente.
Cuando acabaron de hacer tanto ruido de cosas tirando, nos dicen, igual con un lenguaje muy fuerte, que no nos paremos, que uno de ellos estará mirando… claro, cuando ya pasaron muchos segundos entendimos que esta gente ya se había ido, y con mucho cuidado nos paramos y pudimos comprobar que efectivamente ya no había nadie. Recuerdo que mi compañera Concepción se puso a llorar en los brazos de César (ellos eran muy buenos amigos), y éste igual lloró. Mario y yo respirando muy profundo tratando de asimilar la situación y recorriendo el lugar y comprobando todo el desorden que quedó tras el robo. El privado de Mario con todas las cosas en el piso, su maletín en donde tenía algo de dinero ya no estaba, en el cuarto de atrás ya no estaban esas 11 laptops NUEVAS que íbamos a entregar a ese supuesto cliente, todos nuestros celulares igual desaparecieron, igual la laptop que yo estaba utilizando en ese momento., etc… fue un atraco en donde esta gente tuvo todo el tiempo del mundo para buscar lo de valor y llevárselo.
Lo más irónico es que justo en frente de ese local hay una caseta de policías; pero pues, nadie en la calle se enteró de en ese local nos estaban asaltando a mano armada.
Lo más positivo para mi fue que mi billetera no se la llevaron, ya que en la mesa donde yo trabajaba había mucho desorden con piezas de laptops, teclados, baterías, discos duros, memorias, etc., entonces, al parecer no vieron mi billetera que ahí estaba. Distinta suerte tuvo César, porque su cartera si se la llevaron y ese mismo día le hicieron cargos a una o dos tarjetas. Lo otro malo para mi es que mi celular, en ese tiempo un C3 de Nokia, estaba nuevo, tenía apenas 3 o 4 meses comprado y lo había sacado a 12 meses…
Situación 2.
En diciembre del año 2016, yo estaba “trabajando” en otro local de ventas de computadoras, y lo pongo entre comillas porque aunque estaba allí todo el día, el bajo sueldo que me daban no lo consideraba un trabajo, era más bien una “ayuda” que me daban por “apoyarles todo el día”, pero bueno, eso es otro tema. Mi jefe, el dueño de ese local no estaba en ese momento, ya que él salía mucho a comprar refacciones, comprar insumos, o bien llegaba tarde y se iba temprano. Como era un local donde entre otras cosas se sacaban fotocopias, la puerta permanecía abierta y podía entrar y salir cualquier persona. Recuerdo que era diciembre y en esos días me dieron un aguin… mmm no, no era aguinaldo, fue un “apoyo extra” que fue tan poco que nuevamente no le pongo el nombre de aguinaldo, y no me atrevo a mencionarlo porque la verdad me da vergüenza.
Yo tenía hacía unos 3 años un celular con sistema operativo Windows Phone, el Nokia Lumia 520, que después de hacerle una actualización a Windows 8.1 se puso insoportablemente lento, y me urgía cambiarlo, cosa que era practicamente imposible ya que por mi tan bajo sueldo era un sólo sueño… pero en este diciembre de 2016, gracias a ese “mini aguinaldo” y otros centavitos que con mucho trabajo tenía juntos, fui a un supermercado como a 2 o 3 cuadras y me compré otro celular, nuevo, un ZTE que a pesar de ser chino y muy barato, sus características eran muy buenas, mucho más rápido que ese Lumia. Recuerdo que fui caminando a comprarlo mientras estaba trabajando. Al llegar a mi trabajo, me puse a descubrir las funciones de este nuevo celular hasta que se le agotó la batería, así que lo conecté. Luego de una hora entra un tipo al local, pero entró demasiado rápido… cuando le veo la pistola en la mano me dije: “noooo… otra vez nooo”… y volteé a ver mi celular totalmente nuevo y el viejo Lumia… este tipo igual que los anteriores, con un lenguaje muy agresivo me preguntó que donde tenía el dinero, a lo que le dije que dinero no tenemos, que yo solo soy un empleado y que no me quitara mis pocas cosas… pero eso al parecer lo ofendió más y me amenazó con “llenarme de plomo”, indicando que me dispararía si no me quedaba callado… en ese momento pensé en que esta gente está loca, no es gente normal y por poco te dispara así que me quedé quieto, calladito y este tipo me hizo tirar al piso.
Cuando ya se fue el delincuente, me paré y obvio, ya no estaba ninguno de los dos celulares… afortunadamente mi cartera no se la llevó, sólo la abrió y sacó el poco dinero que me quedaba.
Con este asalto quedé bastante asustado, y más que asustado, enojado… enojado porque me daba cuenta que en México sencillamente no puedes tener algo bonito, algo que brille, porque en cualquier momento viene alguien y te lo quita.
Situación 3
En septiembre de 2017, sólo 9 meses después del asalto en mi trabajo me asaltaron nuevamente; pero esta vez en la puerta de mi casa, lo que me vino a llenar más y más de enojo y de temor, y es que se los digo, aún no me reponía del asalto anterior… todos estos meses mi estilo de vida cambió por completo… ya el sólo hecho de caminar por la calle se convirtió en algo muy difícil, lleno de temor… las pocas veces que me subí a una combi fue la verdad que agónico, en cada parada ya veía que subía alguien con pistola… dejé de usar reloj…. si iba a la esquina a comprar algo, JAMÁS llevo el celular ni mi cartera (todo esto hasta el día de hoy), o incluso la vez que fuimos a la Ciudad de México es tanto mi temor que me fabriqué una especie de bolsillo secreto, pegado al cuerpo, por dentro de toda la ropa para evitar que me quiten dinero y tarjetas en caso de un asalto… y así, muchas estrategias que quizá otros las ven como exageración, pero que para mi, que he sido víctima de estas lacras de personas lo veo correcto…
Bueno, este día en septiembre, con mi esposa e hija menor iríamos a la iglesia, como casa lunes en la noche. Al salir de la casa para subirnos al auto, mi esposa se tardó unos segundos más hablando de algo con su mamá. Con mi hijita Mariana de 7 años salimos a la calle (el auto estaba en la calle), le abrí la puerta para que subiera… y cuando me doy la vuelta para subirme al asiento del chofer, justo antes de meterme al auto llega otro vehículo se para al lado mío y se baja un tipo de la puerta trasera, con una pistola diciéndome con un lenguaje bastante caricaturesco… lo sentí como primerizo (ya creo que tengo experiencia en asaltos… ja jaja)… es que me dijo algo así: “dime dónde está todo el dinero”… “entrégame todo el dinero”… lo sentí como de película de acción… Pero yo me reí y le dije “¿qué dinero?” claro, fue una risa nerviosa porque mi hija estaba dentro del auto observando todo… en esos segundo rogué a Dios que no se llevaran el auto con Mariana, cosa que hubiese sido lo peor de mi vida… y es que yo tenía las llaves del coche en mis manos… irónicamente, unos 30 metros adelante, unos vecinos estaban fuera de la casa platicando, riéndose, etc… pero si hubiese intentado gritar, capaz este tipo dispare, o algo, así que nuevamente, al verme con una pistola apuntándome, mejor me quedé tranquilo y callado. La cosa es que en esos poquitos segundos, el tipo mientras me apuntaba con la pistola me sacó el celular que llevaba sujeto al cinturón, igual me sacó mi billetera, se subió a su auto y se fueron… agradecí a Dios que no me hizo nada ni a mi ni a Mariana… claro, yo creo que estos tipos ni se dieron cuenta que había una niña dentro de mi coche…
No hice ningún gesto de susto ni nada, porque Mariana me estaba mirando… al contrario, la miré y le sonreí, tratando de ocultar el tremendo susto que me llevé… y ella me contestó igual con una sonrisa… Se bajó del auto y nos metimos a la casa, en donde mi esposa seguía platicando con su mamá…. aquí se dieron cuenta de lo que había ocurrido y se pusieron todos muy nerviosos… esto quizá fue lo que hizo explotar a Mariana que comenzó a llorar fuerte… apenas ahora se daba cuenta de la situación.
Este asalto vino a terminar de romperme… la poca esperanza que me quedaba de vivir tranquilo con esto se esfumó, la verdad que esto acabó por hacer que quizá odie toda esta situación… andar en la calle… caminar que es una de mis cosas favoritas en la vida ya no lo puedo hacer… salir… cada vez que salgo ya es con miedo… cada vez que saco el carro del garage es con miedo… ya la vida no es lo mismo.