
Hace unos días (26/mayo/2007), con la familia visitamos un panteón (cementerio) en el municipio de Jonuta, en Tabasco, un viaje de aproximadamente 2 horas y media. Este municipio es donde nacieron mis suegros, ambos.
Mientras mi esposa y su mamá rezaban un rosario frente a la tumba de unos familiares cercanos, me puse a caminar por todo el recinto, buscando las tumbas más antiguas (cosa que siempre hago en un cementerio); pero me llevé la sorpresa que no son tan antiguas como lo pensaba, las tumbas que más tiempo llevaban ahí eran de personas fallecidas por los años 1905 o 1910, que a su vez, habían nacido alrededor de los años 1850 o 1860.
A medida que iba recorriendo los pasillos de este cementerio, podía ver algunas tumbas con muchas flores y otras que aparentemente no recibían ni una visita en años. Esto me hizo pensar, o mejor dicho sentir algo especial por cada alma de aquellos cuerpos que estaban bajo tierra; incluso sentí una tristeza especial por cada uno de ellos, comparada con aquella que se siente al visitar a un familiar muy cercano.
Me puse a analizar varias cosas, la primera de ellas fue sobre las personas que ya nadie las recuerda, aquellos difuntos que llevan tantos años fuera de este mundo que no existe absolutamente nadie vivo que los recuerde aunque sea un vago recuerdo; Es obvio que cada persona recuerda a sus hijos, a sus hermanos, padres, tíos, amigos, abuelos, nietos, sobrinos, bisabuelos y quizás un tatarabuelo, pero ¿Quién recuerda a los que llevan más de 100 años muertos? y más aún si en ese tiempo era muy difícil una grabación en video o una simple fotografía que hoy en día es tan cotidiano… ¿Dónde quedan esos recuerdos?, ¿esas experiencias?, ¿se pierden con el tiempo?… Que tristeza sentí al pensar todo esto; cada persona ahí sepultadas vivieron una larga vida, una vida de lucha, con risas, llantos, experiencias, con amor, con familia, vivieron una niñez, por cierto muy diferente a la nuestra, sin televisión, sin celular, sin redes sociales, etc., pero feliz a su modo, su diversión era ir al río, pescar, trabajar la tierra, etc.
Cada una de esas personas vivió muchos años, se hicieron viejos y dejaron una gran descendencia, hijos, hermanos, nietos, etc., todos ellos lloraron su pérdida, habrán ido mucho tiempo al recinto a dejarle flores… pero pasaron más y más años y estas personas que los visitaban, envejecieron y fallecieron dejando en el olvido todos esos recuerdos e imágenes que sólo en esas mentes permanecían.
Hace un tiempo, en mi página web comencé a realizar un árbol genealógico desde mis abuelos hacia abajo, al igual que por parte de mi esposa, desde sus abuelos, pero yo no sé qué hay más arriba en la ramificación de familias, yo tengo bisabuelos, tatarabuelos y ellos, tuvieron los suyos, pero ¿ dónde voy a encontrar esa información?… a veces me pongo a pensar y siento unas ansias indescriptibles de poder ser adivino o mago y poder saber de dónde vengo, quiénes fueron los abuelos de los abuelos de los abuelos de mis abuelos… ¿Dónde habrán vivido?… ¿Cuántas personas en una ciudad tendremos algún lazo familiar aunque sea de hace 300 años y no tenemos idea?… quizás las personas que uno ve pasar por la calle, o las que vemos comprando en un centro comercial y que jamás hemos visto antes sean familiares nuestros… ¿Cómo saberlo?…
Seguía recorriendo el cementerio y la otra inquietud que sentí fue sobre las personas fallecidas mucho antes, ya que como dije, las tumbas más antiguas eran de 1905… pero, ¿Qué pasó con aquellos cuerpos de los que vivieron en el año 1700 o en el 1500?… o los que vivieron en el año 1000, o antes, en el 800? ¿Dónde están esos restos? ¿Los habrán quemado?
Cuando terminé de recorrer este recinto, mis ojos estaban bastante húmedos, como dije, sentí una tristeza especial por cada una de esas personas que jamás en mi vida conocí, y que ya no están en el recuerdo de nadie en la Tierra; todos ellos, al igual que yo, pasamos por este mundo en diferentes épocas, nos tocó vivir cosas diferentes… ellos quizás no supieron que 2 aviones chocaron contra las Torres Gemelas de N.Y. o quizás ni siquiera supieron que existían 2 edificios casi idénticos en esa isla. Ellos no conocieron a Lionel Messi, ni siquiera conocieron el fútbol… y tampoco se imaginaron que desde México, puedo tener una conversación en tiempo real con alguna persona que esté en China, al otro lado del planeta, con un aparato tan pequeño e inalámbrico. Cada quien vive en épocas distintas.
A todas las almas de los difuntos de hace cientos de años, ruego a Dios que los bendiga y les dé un eterno descanso.
Así sea.